jueves, 23 de diciembre de 2010

Y se coló el invierno en la nube..


Había elegido Avilés. La ciudad con mas gente rara por metro cuadrado en Asturias, con mas edificios grises, con mas señoras llamando a sus hijos por las ventanas a pleno grito, con mas niños tirandose piedras.

Un rayo de recuerdo: La Monxina, mi barrio.

Cuando descubrí a la pequeña campanilla, decidí cuidarla, lejos de todo lo que no me dejaba caerme, también de todo lo que me hacia caer: decidí quedarme. Este seria el país de nunca jamas, ningún otro espacio mas que mis paredes amarillas tan cargadas de eco, tan llenas de nada.

Y así, a ratos haciendo señas de humo por si algún pirata ve mi isla, a ratos sin si quiera respirar para que no me vea nadie.

A ratos me colapso porque lejos de querer una vida de estudiante, quería un hogar. Por asumir mas del nivel energético posible sin que se produzca una descarga. Por extrañarte, y quizás no tanto tu presencia, como tu ternura. Porque la energía femenina es poderosa, pero tambien loca cuando se suma con muchas noches, búsqueda en lugares vacíos y lambrusco. Por no aprender a respirar y en consecuencia tener la rutina practica patas arriba.

Me colapso porque se colo el invierno en la nube.

Y a veces, solo a veces: ‎"Ciertos pensamientos son plegarias. Hay momentos en que, sea cual fuere la actividad del cuerpo, el alma está de rodillas."


jueves, 16 de diciembre de 2010

Balada del despertador


Le pedí que me regalase la luna... ya casi se nos había ido el tiempo.

- Te la vendo, me contestó.
- Poeta capitalista. Le dije.

Sonrió cómplice.... . y el tiempo se fue entre las manillas rosas del amuleto que la niña de 7años le había dado para protegerle.

Me dejo la cama llena de susurros.

La luna ni se vende, ni se regala: yo aqui, tu alla, ella... donde tiene que estar.

Yo sabia que era cierta la advertencia: el tiempo nos engaña, dijiste. Aun así no hice caso, preferi ser cómplice en los dias que siempre terminaban.

Un llavero que inspira revolución, palabras.... y la complicidad de saber que aun en la desesperanza venceremos.