lunes, 31 de enero de 2011

El tiempo de las cometas



"Los sábados, el día de visita de mi madre se convirtió para mí en el día de peregrinación a mi santuario. Repartía el tiempo entre ella y Cristina. Comencé a hablar más con mi madre, le contaba cosas que me pasaban en el colegio, los problemas en los que me metía, los partidos de futbol que siempre perdía. Entonces, la dejaba enfrascada en el diario, bebiendo las noticias, y acudía a ver como cristina pintaba sus cuadros, me gustaba cuando me contaba los cuadros que planeaba pintar y me ponía celoso si tenía otras visitas y no me atendía.

Un día mirando un cuadro, me conto que le gustaría pintar los muros del patio pero que no le inspiraba nada. Que no podía encontrar en su interior la imagen que reflejase lo que aquellos muros significaban. Sabes lo que echo de menos, preguntó, las cometas. Volar cometas. Y a mi se me ocurrió la idea.

Le pregunté a mi madre los horarios que tenían para salir al patio, y en aquellas horas, dejaba lo que tuviese que hacer y corría a volar una cometa al lado del muro del patio de mi madre. La volaba bien alta, hasta que calculaba que podría verse desde dentro, y la tenía allí sujeta, saludando a Cristina hasta que tenía que regresarme.

Una mañana, en una visita, Cristina me dijo, espera aquí, quiero enseñarte algo.

Apareció con un cuadro, lo traía dado la vuelta para que no lo pudiese ver; cuando lo giro se me salió el aire de los pulmones. Estaban representados los muros del patio, estaban dibujados tan altos como si los mirase una hormiga, y se juntaban arriba, dejando un pequeñito recuadro de cielo azul con nubes blancas. Allí, en ese recuadro, rompiendo los colores grisáceos de las pareces, flotaba una cometa roja.

Toma, es para ti, dijo, y me dio el cuadro. Todavía lo tengo colgado en mi casa. De vez en cuando, cuando la nostalgia se cuela de improvisto o las fuerzas fallan, cuando los guardias no te dejan entrar, cuando el delirio se hace viejo el camino se estrecha, o hay tantas detenciones que solo ves desesperación; entonces miro el cuadro, me acuerdo de Cristina, de mi madre, y se que tengo que seguir volando la cometa."

EL RASTRO DE LA TERNURA - POR COLOMBIA DESDE LA PALABRA

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